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Por qué tu empresa debe contar con un equipo STEAM

Hace tiempo que se popularizó el concepto STEM, acrónimo inglés para science, technology, engineering y mathematics, en el mundo educativo. Tras su éxito, se expandió a otros sectores, como el empresarial y el laboral, al tiempo que se amplió a STEAM al incluir el concepto arts.

Los campos tecnológicos (y sí, esto puede incluir el arte) se perfilan como el futuro de la fuerza laboral. La educación STEAM nace para impulsar los conocimientos científicos y técnicos desde la infancia, resolviendo un posible paro futuro y haciendo avanzar a la sociedad hacia estados de bienestar mejores. ¿Uno de los modos? Conformando en las empresas equipos STEAM.

Un STEAM educativo con miras al futuro y el bienestar

STEM nace de la mano de Shirley Malcom en la AAAS (Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, por sus siglas en inglés) hacia 2005 en formato de guía. Sus autores pretendían abrir un debate sobre cómo de útil resultaba una educación básica orientada (no centrada) en el STEM. El objetivo era doble: por una parte, que los alumnos accediesen a puestos laborales en su madurez, reduciendo el paro del futuro; por otra, que aumentasen las prestaciones y conocimiento científico que nos dan el estado de bienestar actual.

Un ejemplo de educación centrada en STEM consistiría en eliminar lengua o historia para ampliar ciencia, mientras que una educación orientada hacia el STEM usaría el análisis histórico para resolver problemas modernos o la matemática para resolver problemas físicos.

Esto último ya ocurre en la universidad o el posgrado, donde no solo se anima a pensar, sino que se fuerza al alumno a usar diferentes disciplinas para lograr una meta. Algo muy alejado del alumno de instituto, a quien a menudo se le pide que simplemente memorice autores y fechas.

En la AAAS se dieron cuenta, hace ya más de una década, que Internet estaba abriendo nuevas fronteras laborales, y que tratar de predecir el futuro del trabajo era algo absurdo. Trabajos altamente demandados hoy, como el científico de datos, eran inimaginables en el año 2000 y, por tanto, no existía formación.

Tuvieron que pasar siete años (2012) hasta que el Congreso de los Estados Unidos, de la mano de Heather Gonzalez, confirmase que tenía sentido orientar la educación hacia pilares críticos que ayudarían a los alumnos a ser trabajadores flexibles y con pensamiento crítico. Europa siguió a EEUU unos años después, y amplió el concepto al ámbito laboral, incluyendo la palabra art (artes) al concepto, popularizada por Anna Feldman.

El equipo STEAM, un equipo multidisciplinar

Sí, suena a equipo de superhéroes, y va un poco en esa línea.

Cuando STEAM se aplica a la empresa, tiene dos traducciones: por un lado, tener trabajadores versátiles, flexibles y que sepan de todo, algo realmente complejo en un mundo de micronichos de mercado; por otro, tener un equipo versátil, flexible y que sepan de todo (entre todos). Y esa es la clave.

El concepto de STEAM laboral parte de la base de que si todos los trabajadores saben hacer de todo es muy probable que ese todo sea muy estrecho. Además, contratar cinco profesionales con currículums idénticos es la fórmula ideal si quieres que se queden parados al menor problema que se salga de su perfil.

Pensemos en un hipotético equipo en el que solo haya científicos. ¿Y cuando haya que manipular un software (tecnología), optimizar un nuevo flujo de trabajo (ingeniería), dar con la forma comercializable (arte) o saber plantear los cálculos necesarios (matemático)? Tiene sentido subcontratar tareas complejas, pero el día a día está repleto de tareas básicas que solo requieren un conocimiento medio en la materia. Y que alguien del equipo lo tenga evita gastos innecesarios.

Que se necesitan actores heterogéneos en la empresa no es algo nuevo. Nadie entiende una empresa sin áreas como Recursos Humanos, aunque no participen de forma activa en el proceso productivo como lo hace Operaciones. La filosofía STEAM aplica un concepto similar cuando fragmenta los equipos para completarlos con perfiles de cierta disparidad.

STEAM, el vapor que tirará de tu empresa

El enfoque STEAM tiene mucho sentido en la industria general y en ámbitos tecnificados en particular. Sí, esto incluye oficinas de cualquier empresa, donde siempre viene bien contar con perfiles técnicos que sepan resolver los problemas del día a día en lugar de depender de ayuda externa o departamentos aislados.

Pero con la tecnificación no basta. Incluso un equipo formado por varios ingenieros, científicos, programadores y matemáticos lo tendrá complicado a la hora de enfocar algo tan básico para vender una idea como una presentación, de ahí la “a” incluida en STEAM.

Art no solo hace referencia al arte entendido como lo que está dentro de un museo. El profesional enfocado al arte ofrece una visión no analítica de aspectos como el marketing mail, la percepción del consumidor, la ergonomía de producto, el atractivo visual o cómo de fácil es para un cliente contactar con la marca, entre muchos otros. Aspectos que a la rama técnica se le pueden quedar fuera. Esta falta de visión periférica empresarial que puede costar caro a largo plazo.

La palabra steam (vapor) da juego al concepto del STEAM como el vapor de la Cuarta Revolución Industrial en la que nos encontramos, con lo que es frecuente encontrarse con ocurrencias como STEAM seems to be gaining steam (parece que STEAM está ganando vapor) o STEAM generates steam (el STEAM genera vapor).

Tiene sentido porque los empleados son la pieza más importante de una empresa, su vapor, caldera y chispa inicial.

Otras configuraciones de “STEAM”

STEM fue el primer concepto que abarcó una educación científica multidisciplinar, y llegó a la empresa casi sin variación. Sin embargo, diferentes colectivos han ido apoderándose del término, modificándolo y conformando así su baraja de empleados ganadora.

Así, desde un sector reivindicativo con la igualdad tenemos Girl in Engineering, Math and Science (GEMS, que usó el acrónimo ya existente de Girls Excelling in Math and  Science); en aquellos que nacen de las startups existe el Applied math, science, engineering, and entrepreneurship (AMSEE); o Science, Technology, Engineering, Mathematics, and Medicine (STEMM).

El concepto STEM/STEAM puede aplicarse a cualquier equipo de trabajo, incluso a aquellos que requieran de diez trabajadores similares. Un laboratorio farmacológico, por ejemplo, necesita que todas las personas con acceso tengan un mínimo de conocimientos de química y generalmente han estudiado Ingeniería Química o Farmacia, pero eso no significa que no pueda tener cada uno una titulación o conocimientos en distintas áreas que complementen el equipo. Como dice Carl B. Frey, «la educación interdisciplinaria va a ser cada vez más importante».

Los equipos multidisciplinares son necesarios en un mundo competitivo como el nuestro, y su orientación a la tecnología –que usamos también en nuestro ámbito personal– es necesaria. El “método STEAM” para conformar el equipo perfecto no es algo rígido.

Precisamente habla sobre la variabilidad y la capacidad de adaptarse a lo que viene (que no se sabe muy bién cómo será). Lo que sí se sabe es que los equipos heterogéneos de carácter técnico tendrán una mayor resiliencia a los cambios y, por tanto, mayores probabilidades de éxito. ¿No es eso lo que buscan los empresarios?

 

Por Marcos Martínez Redondo

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